El arte del disfraz

Eso ocurrió hace muchos años; tantos que la mayoría de la gente se ha olvidado de cómo empezó todo. Tengo entendido que a él le gustaba mucho disfrazarse de animalitos. Hubo un tiempo en que le dio por disfrazarse de elefantito. Luego vino la época del disfraz de ardillita. También se disfrazó de cocodrilito, de gacelita, de bufalito, de gatito y de tiburoncito. Dicen que era un chavalín inquieto y que se cansaba pronto de todo; por eso siempre estaba buscando disfraces nuevos e innovadores. Un día se disfrazó de ratoncito y ya no quiso cambiar más. La razón la desconozco. Se me olvidó su nombre de pila. Empezaba por ‘S’, me parece. Sin embargo, recuerdo perfectamente el apellido: Pérez.